martes, 28 de julio de 2009

LA HOMOFOBIA ENTRE LOS JÓVENES DE HOY (Ensayo)

LA HOMOFOBIA ENTRE LOS JÓVENES DE HOY
Por Iván Belmont

Para muchos el ser homosexual contrae problemas con la familia, con los amigos, con la sociedad en general. Sin embargo, para otros la homosexualidad es una forma de vida que no afecta a nadie y puede ser vivida a sus anchas con sus claros limites moralistas; referencia clara por derechos civiles obtenidos por personajes como Harvey Milk en Estados Unidos o incluso el gran escritor Reinaldo Arenas en Cuba y su exilio a tierra estadounidenses. Así entonces, podría hablar de la vida homosexual y sus características, pero hoy hablaré de la problemática en la que se enfrentan los homosexuales reprimidos por la sociedad, además de su problemática de vivir en una cultura machista y deprimente por la mayoría de católicos ignorantes en nuestro país. Y a su vez, de la sociedad que ha aceptado desde un punto de vista las tendencias homosexuales en el hombre y la mujer.

Muchos jóvenes y/o adultos viven en conjunto con familiares, amigos, conocidos que los hacen convivir con sus ideales. Incluso, muchas personas que conozco me podrán decir que no existe tal homofobia en nuestra sociedad. Desafortunadamente, si existe y es muy considerable. Pues de alguna manera, la homosexualidad es sólo una subcultura de una cultura más grande que acapara aún nuestro mundo moderno y en lo particular a nuestro país.

Las personas que reflexionan a los homosexuales como parte común de la sociedad son vistas como parte dañada o gente pecadora que apoya a leprosos pervertidos que no tienen otra cosa mejor que ser pecadores o mal pensados. Freud y el psicoanálisis decían que la homosexualidad es un trastorno del hijo hacia la madre, ya que el niño captaba más el sentido de la mujer – sea el caso de su madre – y esto lo llegaba a posiblemente pensar y sentir la atracción o protección de una imagen masculina. (Freud, 2009) Por otro lado, Un recopilador de datos enfocado a la psiquiatría menciona que la homofobia primero se debe definir por la palabra fobia: es una enfermedad psicogénica producida por engramas. Se cura eliminando de la mente reactiva el o los engramas que la causa. (Velmont, 2009) De este modo trato de dar mi postura a favor de los homosexuales y no de los homofóibicos. Así entonces, doy mi primer golpe.

Muchas veces, esta subcultura del homosexual es perseguida directamente por la iglesia – como en aquellos tiempos, con la cultura indígena y la cultura del occidente - ¡Que claro!, constantemente busca desproteger y rechazar a este grupo de tendencias sexuales minoritarias. Así entonces, la problemática general de los homosexuales me da a la tarea de mencionar algunas experiencias que en mi vida en particular he observado. De modo que al final, pueda dar una conclusión que ayude a explicar una situación cultural que ha llevado a los Bugas (dicho coloquial de homosexuales a heterosexuales) a accidentes y represiones vergonzosas para nuestra época contemporánea hacia los homosexuales.

Me ha tocado oír que existen personas que te dicen: ser homosexual no es problema, ser asesino, drogadicto, o vivir una vida de rencores es el problema. Lo irónico es que mucha de esas personas son parte de grupos cristianos o católicos; partícipes de alguna religión en específico. Sin embargo, hay otras personas de mi vida que dicen: ¡ser homosexual es de lo peor! Debes andar escondiéndote de la sociedad y además eres un pecador, un ser infame. ¡Pobre de aquel que Dios lo encuentre pensando en personas de su mismo sexo, serán enviadas al crujir de dientes! (Mateo, 1569) ¡Vaya!, cualquiera diría que estos mensajes ya no se dicen ni en entre los jóvenes que siguen dogmas ortodoxos de la religiones judeocristianas, pero no es así. Reconozco de mi parte, que estoy apegado al mundo homosexual, por la cercanía de amigos y conocidos, pero en algunas ocasiones, me he topado con amigos muy queridos que en su habitus, su manera de percibir la vida, los orilla a denigrar a parte de nuestros amigos gays, con palabras como: ¡eres un anormal!, ¡lo que haces no es correcto!, ¡deja de hacer esas puñetadas!, etcétera.

En lo particular, la cultura del joven homofóbico, del joven heterosexual y el homosexual se relacionan más de lo que creemos. ¿A qué me refiero?, me refiero a que hoy en día – en plena época del multiculturalismo – Ciertas personas se aferran a seguir dogmas tan apegados a la realidad de siglos pasados, que no dejan la creación o evolución de otro tipo de vidas. Tal es el caso de hablar de las personas homofóbicas, que hasta hoy, muchas de ellas insisten a desconocer a la minoría de los homosexuales.

De modo que, al hablar de un joven homofóbico implica ciertas cosas que no alcanzamos a percibir directamente. Y más, porque el tener fobia a los homosexuales puede implicar desde el discriminarlos en algún puesto de trabajo, escuela, sociedad, que a su vez lleve a la agresión verbal, física o incluso psicológica de los agredidos. Entonces, vale detallar el por qué de este caso, hablado desde un aspecto culturalmente construido.

El joven homofóbico es un ser que ha vivido directamente ligado a los actos conservadores que manejan las religiones, y aun más claro, los actos que se atribuyen las familias altamente creyentes en un dogma religioso. Habrá personas que desde su punto de vista llamarán a los homosexuales como – en palabras altisonantes religiosamente hablando - engendros del demonio, desviados, almas vendidas, etcétera. A este tipo de homofóbico, quien es el que actúa repudiando sólo con palabras a los homosexuales, lo llamaré: Homofóbico dogmático, pues sólo acredita las palabras o ideas difundidas por la iglesia – y que en ocasiones son palabras malinterpretadas en el siglo XXI -, y en lo particular la católica. Por otro lado, están aquellos jóvenes homofóbicos que no creen en la religión, pero por alguna situación penosa que han vivido con homosexuales meramente salidos del closet – declarados homosexuales - han decidido reprimir a los homosexuales a tal grado de golpearlos o hacerlos ver como personas inferiores. Y es lógico que en México se den muy seguido este tipo de casos, puesto que la cultura del mexicano es aún en nuestra era machista, y siendo el caso de un homofóbico, observando a un homosexual, es para él, completamente penoso ver la imagen del hombre transformada en una depravación sexual hacia otro de su mismo sexo.- siendo en palabras del homofóbico, no mías - De modo que a este tipo de homofóbico lo llamaré homofóbico machista. Y finalmente, el caso más extremista de la clasificación de homofóbicos: el ser que repudia el comportamiento homosexual en público, pero que en su privacidad y en sus pensamientos llega a sentir atracción por una persona de su mismo sexo o incluso desear la libertad de aquellos que repudia. A este lo llamaré: homofóbico aparente.

Por otra parte, el joven heterosexual es diferente a cualquiera de la clasificación de homofóbicos, debido a que el heterosexual vive intensamente su vida como joven, sea creyente o no respeta las tendencias sexuales; siendo el caso de este ensayo; el respeto a los homosexuales. Y es curioso, el heterosexual, podrá respetar al homosexual, mientras no se metan con él. ¿Qué quiero decir? Que sin duda, respeta la decisión de su amigo o conocido, sin embargo, cuando un homosexual intenta entablar una relación de apego con este, es difícil que exista una reciprocidad. Y no es porque sea homofóbico, si no que el heterosexual, al igual que el homosexual siente un grado de atracción hacia un sexo, y siendo el caso del heterosexual lo lógico en su preferencia es mantener apego más cercano hacia su sexo contrario. Y, cuando el joven heterosexual convive con el homofóbico en muchas ocasiones termina en discusión, puesto que el homofóbico siempre buscará la manera de hacer menos a las personas. Y el heterosexual, por su misma naturaleza de respetar las tendencias sexuales aprobará el sentido del homosexual.

Aunque los heterosexuales a veces se retiren del debate, puesto que muchos de estos homofóbicos sacan argumentos teológicos o argumentos que se basen en la ley de la naturaleza, o incluso suelen discriminar a estos por el apoyo brindado a los homosexuales.

Algo que me gustaría aclarar antes de seguir, es que durante muchos años, desde la aparición de jóvenes homosexuales en el mundo moderno, se ha venido llamando a los heterosexuales como “Bugas”. Esto me lo comentaban amigos gays que tengo, y es que este vocablo viene desde tiempos remotos del Porfiriato, cuando existió un restaurant llamado Bugambilia que restringía la entrada de parejas homosexuales, sólo a gente rica e influyente en la sociedad. (s.a., 2008) A partir de esto, el término Buga es conocido prácticamente en todo México hacia los heterosexuales. Aunque sea más considerado como un mito, es la historia más verídica que existe en nuestros tiempos para descifrar el significado. Y más que nada, retomo este punto, puesto que en realidad dudo mucho que ese término se le deba dar a los heterosexuales, más que nada, pienso yo que debería dársele al homofóbico, puesto que es el que constantemente se encuentra buscando la manera de deteriorar la imagen del homosexual.

Así entonces. El joven homosexual es aquel que tiene tendencias sexuales definidas hacia su mismo sexo, pero en la actualidad, al homosexual lo pueden confundir con un emo, con un punk, con un metrosexual, con un artista, etcétera. Creo yo que los homosexuales están en todas partes y son meramente parte de nuestra cultura. Aunque muchas veces no sean meramente homosexuales, sino bisexuales, sus vidas se ven truncadas al momento de encontrarse con personas que los discriminan por sus tendencias sexuales. Me atrevería a dividir en tres la vida del homosexual.

Primeramente, la vida con la familia. Para el homosexual, mencionar su postura a sus padres, hermanos, primos, y todos aquellos a los que pertenecen al seno familiar le parece difícil, todo un tabú, pues desafortunadamente, como lo he mencionado en el contenido del ensayo: la mayoría de los mexicanos y en particular los adultos, o padres de familia en edad avanzada tienen muy arraiga la herencia machista de los distintos aspectos culturales que hemos vivido en el país. (Mino, 2005) Para un joven, siendo el caso de un hombre, encarar a su padre, y decirle: ¡Padre, soy gay! Es una de las afirmaciones que suele derrumbar a padres de familia, y no tanto que el señor se muera, pero sí que reaccione de manera violenta negando tal confirmación. Por parte del padre, el orgullo queda herido y por lo regular el padre intenta esconderse de la sociedad, o evita las preguntas sobre los hijos, para evitar ser mal visto por la misma familia o por su círculo de amistad. Y no se diga el joven, el joven podrá haber dicho la verdad y ser muy sincero con su familia, pero constantemente buscarán la manera de hacerlo recapacitar por medio de la represión de salidas nocturnas o salidas con amigos o conocidos.

El segundo punto en la vida de un homosexual están: los amigos. Los jóvenes por lo regular buscan acercarse a los amigos para expulsar todo lo que han guardado por tantos años, de alguna manera esto los ayuda a no sentirse rechazados. Por algún momento esto les ayuda sentirse aceptados por alguien, aunque en algunas ocasiones los amigos con lo que uno cuenta, pueden ser de todo tipo: heterosexuales, homofóbicos e incluso homosexuales. Pero, cuando se encuentra con homofóbicos dogmáticos, el ser en ocasiones puede reprimirse en su mundo y evitar salir al público o darse a conocer, porque a veces hieren más las palabras que pueden decir los amigos, que lo que hace nuestra familia por no aceptarlos. Todo depende de los amigos que agrupen los homosexuales. He visto homosexuales que tiene amigos gays que constantemente viven una vida normal; un sentido de la vida totalmente reconstruida, homosexuales con amigos homofóbicos que viven en una constante lucha de aceptación; viviendo un sentido de la vida puesto a fuerza por aquellos amigos que lo tachan de anormal, y homosexuales con amigos heterosexuales que viven sin duda alguna un sentido de la vida normal, aunque no puedan expresar sus emociones en su totalidad por la falta de un amigo homosexual.

Y finalmente la vida en sociedad. El homosexual no puede salir a la calle y fijar su mirada a una persona de su mismo sexo, aunque sabemos que este caso se da más entre los hombres. La doble moral es un papel que en ocasiones deben adoptar los homosexuales para poder mantenerse al margen en el mundo en el que vivimos en la actualidad. Y quizá actualmente la sociedad que se ha estado formando por toda una colectividad de jóvenes entusiastas haya aceptado la colaboración de este grupo minoritarios, pero, mientras siga existiendo una cultura de jóvenes y familias homofóbicas, la realidad de una colectividad a gran escala de homosexuales salidos del closet será un sueño – para homosexuales – o una pesadilla – para homofóbicos – en sus respectivos casos.

En conclusión, el tema de las minorías sexuales, en este caso: los homosexuales, sigue siendo un tema que para muchos no tiene ya nada que aportar, puesto que existen muchos heterosexuales que apoyan la causa homosexual. Pero así como esto es cierto, la homosexualidad no será un tema de seriedad hasta que la cultura se transforme y se erradique la interpretación errónea de sentidos dogmáticos o mal interpretados que se ha generado a lo largo de los años en nuestro país.

No estoy en contra de los homosexuales, y como lo remarque al inicio de este texto. Mucha gente en nuestro país es homosexual y talentosa, y no dudo que un día viviremos en una sociedad en la que tengamos gobernantes que hagan pública sus preferencias sexuales. Pero claro, todo esto sólo podrá darse si el heterosexual y el homosexual luchan y generan acuerdos como el día internacional en lucha contra la homofobia – 17 de Mayo – y convivan en mutua armonía sin mezclar jamás sentimientos que los lleven a odiarse, como el caso de los prontamente extintos homofóbicos, perseguidos por la mayoría conformada por los ya mencionados.

Bibliografía
Freud, S. (s.f.). PSICOLOGÍA DE LAS MASAS Y ANÁLISIS DEL YO. Recuperado el 2 de Abril de 2009, de librosenred: http://www.fortunecity.es/imaginapoder/copiarme/316/indli.htm
Mateo. (1569). San Mateo. En S. Bíblicas, Santa Bíblia (pág. 1211). Corea: Sociedades Bíblicas.
Mino, F. (5 de Mayo de 2005). Gay GDL. Recuperado el 10 de Mayo de 2009, de Texto publicado en el suplemento Letra S.: http://www.gaygdl.com/homofobia.html
s.a. (27 de Enero de 2008). Cultura Lesbiana. Recuperado el 15 de Mayo de 2008, de Buga: http://culturalesbiana.blogsome.com/2008/01/27/buga/
Velmont, H. (s.f.). El planeta de los simios XL. Recuperado el 20 de Abril de 2009, de La homofobia: http://www.grupoelron.org/quees/epdlsxl_homofobia.htm




EL RUMOR DE UNA REVOLUCIÓN DEL PUEBLO MEXICANO. (Ensayo)

EL RUMOR DE UNA REVOLUCIÓN DEL PUEBLO MEXICANO.
por Iván Belmont

Introducción

Para muchos La Revolución Mexicana es tomada como el mejor recuerdo histórico de nuestro país. Ya que indudablemente, se buscó la destrucción del gobierno de Porfirio Díaz, Sin embargo, hay quienes afirman que de no haber sido por el movimiento que encabezó Francisco Ignacio Madero a principios del Siglo XX. El país que conocemos hoy en día no sería aquel en el que cotidianamente vivimos repletos de tranzas; o mejor dicho de actos de corrupción desmedidos; a los que nuestros gobernantes a posteriori de Don Díaz, nos enseñaron a vivir.

Es por eso que en este trabajo, no hablaremos de qué surgió durante la revolución, sino mas bien, hablaremos de cómo nuestro pueblo se engancho a los intereses personajse de distintos personajes de nuestra devasto país. De modo que cuando hablemos de la Revolución tomaremos en cuenta a quienes fueron los personajes clave que movieron a nuestro país a la sombra del General Díaz.

De igual importancia mencionaremos un respaldo en donde distintos autores afirman que nuestro país, se dirigía hacia el primer mundo, con Díaz, Y por el contrario, se analizará si realmente los distintos abusos a obreros en aquella época estaban acorde a los disímiles planes que tenía Don Porfirio para el país, ya que primeramente, este buscaba la equidad, la democracia y el mero orden de un gobierno que se había desboronado con las distintas intervenciones de los Estados Unidos y Francia.

Entonces, entramos al debate de un país que no se sabía que rumbo tomaría después de tanta mala suerte.

1. La esperanza de un país devastado.

El inicio de un México devastado por la intervención Francesa; una nación que constantemente se desmoronaba con la desorganización de las pocas instituciones que formaban al país. Vino a su vez, con la llegada de Porfirio Díaz al poder. (Roeder, 1992) El sin duda alguna, busco la manera de enfrentar el desabasto nacional y la desorganización que existía. Conforme avanzaban los años de nuestro país libre de intervenciones, buscó establecer estándares de democracia alrededor de cada uno de los estados que iniciaban una íntegra formación junto con todo el territorio Mexicano.

La infraestructura de nuestro país fue lo que más sobresalió en nuestro territorio, una moneda con un valor inalcanzable para algunos países y una sociedad en la que podíamos encontrar distintas formas de percibir al mundo que se modernizaba día a día (Musacchio, 1989). Sin embargo, los grandes abusos hacia los derechos humanos de los mexicanos, fueron pasados por alto a lo largo de la llegada de empresas extranjeras a nuestro país.

Por esta razón, cuando hablamos de Díaz, podemos observarlo de dos maneras; ya sea como el héroe que trajo riquezas y las suficientes bases para levantar a un país devastado por la imposición de un imperio francés. O a su vez, verlo como el tirano de la historia en nuestro país; que trajo consigo abusos a los obreros y una mala definición de los derechos del mismísimo pueblo. (Vargas, 2008)

2. El avistamiento al derrumbe de Díaz

Cuando algunos intelectuales de nuestro país, vieron la posibilidad de pelear por un sentido más acorde al pueblo; de modo socialista, buscaron la manera de encabezar un movimiento en contra del gobierno de Díaz, que ya se había extendido más de lo previsto, y que aparte este mismo, intentaba dejar una persona que siguiera sus pasos. De modo que para quienes formaban esta sociedad corrompida por las intervenciones pasadas de estadounidenses y franceses, resulto de mal gusto que; después de los ataques inhumanos hacia el pueblo mexicano, Díaz intentara dejar su legado después de retirarse del poder. (Musacchio, 1989, 1711)

A pesar del cataclismo de la gobernabilidad de Díaz – que años más tarde sería su motivo de renuncia a los poderes de la presidencia de nuestro país – México vivía un desarrollo pleno dónde las actividades culturales estaban a la orden del día. Aunque la mayoría de los eventos eran dirigidos hacia la clase alta de nuestro país; y no así, hacia la clase baja. (Aguilar, 1985,16) Sin embargo, al momento de iniciar los movimientos en contra de lo que era el gobierno de Don Porfirio, el fomento a la cultura se frenó, y muchas de los proyectos que se habían iniciado para embellecer a nuestro país se vieron afectados, y a la larga se perdieron.

3. Los sueños utópicos de Don Porfirio Díaz

Por principio de cuentas, durante los inicios del Siglo XX; la continua dirección en el poder de Porfirio Díaz, dio surgimiento al desarrollo sustentable de México. De modo que el país durante mucho tiempo tomó el camino de la modernización. (Orozco, 1988) Trayendo así avances a la agricultura, la minería, infraestructura, entre otros factores. Incidentalmente, su liderazgo vendría a encabezar una gran lista de conflictos que en su momento, no se verían como problemas que estallarían una revolución.

Díaz en su afán de traer democracia al país, fue juzgado como un dictador que constantemente buscaba que México se proclamara ante el mundo como un estado democrático. Estados Unidos se declaraba nación libre, de modo que ambos conceptos de gobernabilidad no debían ser tomados como iguales.

“Las naciones son aquellas que comparten su cultura con todo el territorio que forma parte de un país. Prácticamente una unión entre individuos que tienen arraigadas su lengua, costumbres y tradiciones. Por su parte, el estado es aquel que simplemente se rige bajo una sola autoridad dentro de los parámetros del territorio gobernado”. (Apuntes de ESM, 2008)

4. Las Huelga en Cananea: delirio del Gobierno

A pesar de los cambios que se daban en nuestro país por la inversión que daba Don Díaz a los trabajadores obreros. Surgió un problema más allá de los dilemas cotidianos de una empresa, o mejor dicho; esto tomo sentido de huelga. (Orozco, 1988) Cuando los hermanos Flores Magón llegaron al norte con el movimiento de “Unión Libertad Humanidad”, dieron pauta para combatir las brutalidades que cometían estadounidenses con mexicanos. Ya que distintas empresas mineras; de lo que se considera Cananea en Sonora, eran dirigidas por americanos que estaban con el derecho de expropiar permanentemente tierras mexicanas. (Aguilar, 1985) A pesar de que eran extranjeros que venían sólo con el afán de llevarse nuestras riquezas a sus países, Porfirio Díaz mantenía una estrecha relación con aquellos mayordomos que administraban la mayoría de las empresas de nuestro país. (Roeder, 1992, 258) Es por eso por lo que, sin más preámbulos; ellos venían tan campantes a nuestro país a robarse legalmente con el trabajo de manos mexicanas lo que por derecho le pertenecía al pueblo.

Así mismo, cuando Esteban Baca Calderón – quien se destacó como profesor de primaria y militante del partido liberal en contra de Porfirio Díaz – se decide a trabajar como obrero en una minería en Cananea, descubrió sin duda alguna que las jornadas de trabajo eran peligrosas y completamente fuera de rendimiento para el obrero. (Aguilar, 1985) Por esta razón, cuando solía escuchar que un trabajador mexicano ganaba menos que los mismos americanos que controlaban este sector minero, se inició un movimiento para formar algo más equitativo entre los trabajadores.

Desde que se formaron estas movilizaciones dentro de las minerías; en lo particular de la “Cananea Consolidated Copper Company”. Las huelgas tomaron un papel desafiante para los gobernantes de dicha época. De modo que cuando ocurrió esta situación, los gobernantes de esta ciudad – Cananea – tomaron la iniciativa de pedir refuerzos al gobierno de Estados Unidos – cosa que en lo particular, fue algo totalmente ridículo. (Orozco, 1988) Ya que primeramente, debieron haber hecho una consulta con las personas que formaban la cámara local del estado o mejor aún; pedido sugerencias del gobierno central de Díaz – lo cual contestó a su llamado. Mandando así, a todo un comando de militares directo a matar a las instalaciones de la central minera.

Por un lado el evento causó mala reputación a México. La mala organización de nuestro país causó que los acuerdos comerciales se bloquearan – Y actualmente, no perdonan aquel momento en el que nuestros antiguos gobernantes; mal pidieron la ayuda para resolver esta huelga fuera de control. Al mismo tiempo, en nuestro país se toma la iniciativa de mantener a los trabajadores por contrato – Y de nuevo, los obreros fueron abusados por sus jefes en el campo laboral; ya que es de suponerse que todos pusieron sus términos para incrementar la producción de sus empresas; pero a su vez causar un desgaste fatal de las personas que lograban sacar el trabajo.

Cabe mencionar que mientras en México se destapaba el conflicto en Cananea, las industrias mineras de Estados Unidos estaban cayendo en la quiebra. Ya que como mencionamos anteriormente “La Cananea Consolidated Copper Company” que estaba en territorio mexicano, era la planta principal de este grupo de minerías americanas. (Times, 1913) Muchas de ellas cerraron, provocando una crisis valuada en más de cincuenta millones de dólares de aquella época. Por eso podemos imaginar que, cuando hablamos de nuestro mundo actual, se nos hace difícil llegar a acuerdos comerciales, donde salgan beneficiadas nuestras empresas.

Díaz estaba totalmente influenciado por los grupos empresariales de la Francia Moderna; aquella que con tanto auge intentaba seguir conquistando a través del comercio; más allá de la Vieja Europa. Además, intentaba relacionarse de manera favorecida con los norteamericanos. (Meyer, 2000) Por esta razón, contábamos con un gran número de empresas francesas y americanas, que tuvieron facilidades para establecerse en nuestro país, con el apoyo incondicional de Don Porfirio. Y siendo ellos los del capital; fueron quienes ayudaron a que nuestro país se desarrollara, al grado de parecer un país de primer mundo. Tuvieron la oportunidad de imponer lo que ellos quisieran a cambio de tener gente que les ayudara a hacerse más ricos.

5. Sinceridad ante todo

Desde un punto frío. El país iba por un buen camino al desarrollo sustentable, en el cual, era necesario tener personas que ayudaran a explotar los recursos naturales de nuestro país. De algún modo, pienso que de no haber existido la revolución, las personas que sufrieron la crueldad de abusos laborales; algún día hubieran acabado sus problemas; ya que el mundo estaba cambiando, e incluso; cuando se aprobó el trabajo a base de un contrato, se dio por primera vez el establecimiento de una comitiva que veía por los intereses de los trabajadores.

Desafortunadamente, al mismo tiempo que se establece este decreto, se prohíben las huelgas de trabajo. Lo cual, para muchos jefes de los grupos obreros, como el ya mencionado Esteban B. Calderón se opuso a este mandato; que para ellos se consideraba una falta contra de la libertad de expresar su inconformidad. (Blanco, 1957)

En realidad, debemos saber que la mayoría de las veces, cuando existían problemas en el campo laboral; estos no eran iniciados por los obreros, sino por los intelectuales. Asimismo, ellos constantemente buscaban estar en contra de la dinastía que el gobierno de Díaz había manejado hasta esa fecha; apoyando sólo a la clase alta y menospreciando a la clase media que intentaba sobresalir y alcanzar a la clase alta. (Vargas, 2008)

6. El murmuro de la revolución ¿Un Capricho de Madero?

Sin embargo, el juicio que se le daba a Díaz no era por el mismo pueblo, sino por distintos actores políticos de la época que deseaban llegar al poder. Por esta razón, encontramos a Francisco I. Madero, que constantemente buscaba la manera de acabar con las reelecciones de Don Porfirio. Y este a su vez al ver que era atacado por Madero, decide irse a Europa y acabar con el pleito que había iniciado su contrincante por medio del “Plan de San Luis” (Aguilar, 1985)

Dicho plan entra en tela de juicio desde mi punto de vista, ya que “Madero en su avistamiento con seres del más allá, le decían que debía iniciar una revolución ante la dictadura de Díaz” (Blanco, 1958). Se puede quizá pensar que Madero tenia problemas psicológicos o sufría de alguna depresión en la cual sus pensamientos se apoderaban de él. Ya que pensar que una persona o incluso espíritus le digan que hacer, va en contra de lo objetividad que maneja el ser humano cuando decide formar parte de una sociedad tan sistematizada.

“Madero. Era una persona que practicaba el espiritualismo y que organizaba convenciones y clubs; sus practicas hacia la política eran totalmente modernas; entre sus factores de lucha del derrocamiento de Díaz, era el agua, el algodón y el dominio total. Pero sobre todo, buscaba la lucha pacífica” (Estrella, 2008). Haciendo un paréntesis, me cuesta creer que este personaje que aproximadamente vivió hace cien años en México sea tan parecido a López Obrador en nuestra actualidad. Sin embargo, no alcanzo a comprender si este personaje tan reciente quiere lucir realmente como Madero o simplemente ha sido coincidencia.

Volviendo al tema. Cuando Madero da a conocer su plan en contra de Díaz, donde argumentaba que México no debía seguir con la tiranía de Díaz, ni con la repartición de poderes a manos de extranjeros. Gran parte del sur de México lo apoya incondicionalmente, al grado de posicionarse como un presidente alternativo con un gobierno diferente al que se regía en dicha actualidad. (Blanco, 1957) Teniendo ya el apoyo de Madero y el asesoramiento de los “espiritus”, inicia los preparativos para convocar a los distintos jefes de grupos obreros para establecer el golpe de estado, en contra del gobierno.

Cuando los jefes de los obreros mineros hablan con Madero, llegan al acuerdo de juntar fuerzas para destituir a Porfirio Díaz del poder. De modo que las huelgas siguieron incrementando poder en distintas partes del país. Así, la industria textil inicia también huelga; reclamando incremento en los salarios. (Orozco, 1988) Por esta razón, el gobierno toma cartas en el asunto y busca los culpables de levantar a los obreros en huelga. Pienso que la desconfianza en aquella comitiva debió haber sido tal, para que los encargados de estos obreros se hayan lanzado a la huelga en distintas partes del país. Quizá los orígenes de la corrupción se dieron en esta cámara; que no necesariamente veía por los intereses de los obreros, sino por los mismos dueños de las empresas. De modo que se prejuzga el despertar de estos lideres que buscaron la manera de acabar con el gobierno de Díaz.


7. Zapata: ¿hombre del pueblo u hombre de familia?

Por otra parte, otro personaje alusivo a este inicio de la revolución es Emiliano Zapata; quien de un modo u otro, inicio su movimiento revolucionario para tener completo control de sus tierras. Y a pesar de quienes hacen sus biografías como una persona humilde, que apoyo heroicamente a los campesinos. Zapata fue de alto reconocimiento entre las familias más importantes del país. Una persona que tenia dinero para comprarse trajes repletos de oro. Sin duda alguna, era una persona que no conocía la pobreza en su mayor extensión. Al menos dentro de su familia. (Estrella, 2008)

Aunque otras versiones hablan de Zapata como el Caudillo de la revolución, quien después de ver como su familia era despojada de sus tierras, buscó la manera de regresarlas a donde realmente pertenecían y no necesariamente al gobierno que encabezaba Don Porfirio Díaz. (Dávalos, 2007)

De algún modo este personaje tan alusivo en nuestra historia, es recordado notablemente en el sur de nuestro país, ya que después de todo vio por las tierras de quienes habían sido arrebatados a la fuerza por el gobierno. Aunque, primero tuvo que sufrir del despoje de sus tierras para ponerse en contra del gobierno, ya que como mencionamos anteriormente. Era una persona que contaba con dinero; campesino que trabajaba la tierra y la hacia crecer. Y sin duda alguna es un ejemplo de persona; que teniendo dinero, luchó por las tierras que en su momento le fueron arrebatadas, pero dejando entre duda sus intereses personales.

De igual importancia, se puede reiterar que; Madero buscó alguien que le ayudara a mantener resistencia contra el gobierno de Díaz y fácilmente convenció a Emiliano para que se uniera a su movimiento. Lo cual a lo largo de los años, otro personaje como Doroteo Arango, se unió al grupo de rebeldes que formaban esta alianza en contra de Don Porfirio. De modo que, hablar de Doroteo, es hablar del Norte del país.

8. El Norte de Villa

No obstante, Doroteo Arango o mejor conocido como Pancho Villa, fue uno de los caudillos de la revolución que controlaba un ejército que constantemente lidiaba con los abusos que había en contra de mexicanos que trabajaban para americanos. (Aguilar, 1985) Y es que en dicha época la falta de derechos civiles frente a los campesinos era denigrante. Por esta razón cuando Madero se presenta ante Villa encuentra una persona que sin duda alguna le ayuda a comandar un ejército oponente al de Díaz y así finalmente teniendo fuerzas desde el norte y sur del país con Zapata, el país estaría en manos de Madero.

Pancho Villa de igual forma que Zapata, fue alguien que inicio este movimiento por intereses propios, ya que antes de iniciar su “heróica” batalla con el ejército de Díaz. Era un simple obrero que constantemente cambiaba de trabajo, de modo que, cuando la revolución finalizó, por un tiempo se dedicó a criar ganado en Chihuahua. (Musacchio, 1989)

9. La Revolución ¿Realmente llegó para luchar por el pueblo?

Después de todo, cuando la revolución estalla en México, inicia un combate a muerte en la mayoría de los estados de la república, dando así como resultado; una muerte tras muerte. Que desde mi punto de vista me atrevo ver – para la época en la que se vivía – muy lejana a un acuerdo; pleno a un conflicto que comenzó por los caprichos de Madero, intentando llegar a la silla presidencial. Asimismo, sus sesiones espiritualistas llegaron a provocar esta prolongada lucha por recuperar un estado que no se encontraba en manos de mexicanos, sino de gente que sólo veía por intereses propios.

Entonces, cuando Díaz decide entregar su renuncia a la cámara de diputados de nuestro país, lo hace sin dudar de sus actos. Y al contrario, reafirma en su carta, que su renuncia esta apegada conforme a derecho. Nunca estuvo forzado por su conciencia a dejar el cargo, mas sí siguiera en el cargo de presidente de la república, se sentiría culpable del derramamiento de sangre de los mexicanos en nuestro territorio nacional, y por ende, invitaba como función terminal, frenar la revolución a cambio de su simbólica renuncia. (Musacchio, 1989)

Por un lado, Díaz se fue directo a Europa - como lo mencionábamos previamente - y sin más preámbulos, dejó la República en manos de aquellos caudillos que buscaban llegar al poder. Y a pesar del triunfo que tuvieron, poco después de un año de iniciar la revolución. Madero tomo posesión como presidente de la república.

Entre sus palabras dijo: “gobernaré sin ningún género de compromisos y atentó única y exclusivamente á vigilar porque la voluntad del pueblo se respete y procurar por cuantos medios me sean posibles, la prosperidad y el engrandecimiento de nuestra Patria, de nuestra amadísima Patria, como decís muy bien, y para cuya gloria y prestigio habéis contribuido cumpliendo tan dignamente vuestro cometido.” (INEHRM, 1911)

No obstante, a Madero no le duró mucho el gusto ya que pronto fue asesinado.

10. Final desalentador

La visión de un México convertido en nación; democrático y equitativo, soberano y justo con bienestar social jamás se cumplió. Al mismo tiempo que una parte de las propuestas de las facciones revolucionarias llegaron a cumplirse en el campo de la ley. Y al contrario a la actualidad, los gobiernos neoliberales se han encargado de aplastar por completo estos principios primeramente socialistas que veían por el interés público; por las arcas de dinero de la clase baja del país. (s.n, 2008)

Y aunque nuestro actual presidente Felipe Calderón nos hable en su discurso de aniversario a la Revolución que; México está asentado sobre los ideales de igualdad y democracia por los que lucho la generación de la revolución de 1910. (Elvira Vargas, 2008) Debemos comprender que este discurso simplemente se hace para venerar a los antiguos caudillos de nuestro país – siendo ahora que el más reciente que podemos llamar es López Obrador – ya que ellos jamás vieron por el pueblo, como reiteradas veces mencione en mi ensayo. Simplemente buscaron establecer algo que ellos sólo a su conveniencia les servían en su momento de vida. Y que en el caso de Porfirio Díaz, hicieron perder a un gran personaje histórico que independientemente de los acosamientos que había a su nombre, logro modernizar al país en menos de un cuarto de siglo. Y sobre todo ponernos a la altura de países europeos, o altura del mismo vecino que tenemos al norte como país.

Conclusión

En realidad. El derrocamiento de Porfirio Díaz no sirvió en lo absoluto. A pesar de haber tomado el poder Madero, no hizo nada nuevo que el gobierno de Díaz no haya hecho. Y a pesar de haber liberado a personas presas por las huelgas en Cananea y entre otros presos políticos, Madero no acabó con la desigualdad social, y mucho menos mantuvo el desarrollo sustentable que tenía Díaz. Y desde mi opinión, pienso que aquella revolución nos vino a traer una desgracia permanente a nosotros los mexicanos. Y es que de algún modo. En la actualidad muchos de nuestros gobernantes se emplean en alabar a estos miserables caudillos que simplemente vinieron a forjar partidos; como el actual Partido Revolucionario Institucional, que incluso para mala suerte de nosotros, el Presidente Calderón se empapa de alegría en recordar a Madero como uno de los principales luchadores de la democracia en nuestro país. Siendo que esta persona lo único que quería, era llegar a la silla presidencial; en su afán de sentir el poder de gobernar a un país.

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